Pues, claramente, del Capitalismo. ¿O tal vez de la Naturaleza? Puede que de ambos. Es obvio que no son la misma cosa, pero se parecen tanto que aprender a pensar el uno nos puede ayudar a comprender la otra. Cada tanto se encuentran, sus respectivas catástrofes se combinan, sus dinámicas de crecimiento ilimitado se interfieren y compiten por el dominio del Hombre, esa pobre criatura que nunca comprende plenamente qué parte de sus miserias se deben al uno o a la otra, que vive precariamente y sometido al temor que infunden las profecías de los sabios y cuyo futuro inmediato se encuentra comprometido por estos dos monstruos.

Guillermo Cerceau, El libro de las soledades, fragmento 36


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